- 01/09/2025
- Terapia Infantil
Lo que me funciona (y lo que no) para sobrevivir a la vuelta al cole
¿Por qué la vuelta al cole puede generar malestar en los niños?
Como psicóloga y madre, cada septiembre vivo la vuelta al cole desde dos trincheras: la profesional y la doméstica. En casa, mi hijo pequeño empieza el curso con una mezcla de nervios y energía (y una mochila más grande que él), mientras que mi hija mayor va negociando mentalmente cuántos días faltan para las próximas vacaciones. Dos edades, dos mundos, un mismo reto emocional.
El final del verano suele venir acompañado de cierta nostalgia y resistencia. Volver al colegio implica un cambio de ritmo drástico: pasar de días relajados a madrugones, deberes y estructuras más rígidas. Y sí, madrugar otra vez puede parecer una tortura griega, tanto para ellos como para nosotros. En mi caso, los primeros desayunos del curso suelen ser una mezcla de bostezos, tostadas olvidadas en la mesa y "no quiero ir" como banda sonora.
Desde la psicología sabemos que los niños se adaptan mejor cuando los cambios son graduales. Sin embargo, la vuelta al cole llega casi siempre de forma abrupta. La separación del entorno familiar, la presión por rendir académicamente o la necesidad de socializar en entornos nuevos pueden generar un malestar que no siempre es visible a simple vista.
Este malestar no significa necesariamente que haya un problema grave. De hecho, es una reacción adaptativa normal. El reto está en cómo acompañamos este proceso desde casa y en cómo interpretamos las señales que los pequeños nos van dando. Spoiler: no hay receta mágica, pero sí muchas pequeñas cosas que ayudan.
Señales emocionales y conductuales de que tu hijo necesita apoyo
Como madre y como profesional, me encuentro cada septiembre con preguntas que también me he hecho en casa: “¿Esto es normal o debería preocuparme?”. No todos los niños expresan sus emociones con palabras. Por eso, es fundamental estar atentos a ciertas señales conductuales y físicas que pueden estar indicando dificultades emocionales:
- Regresiones: volver a hacerse pis en la cama, chuparse el dedo, hablar como si fueran más pequeños.
- Somatizaciones: dolor de barriga, náuseas o problemas para dormir sin causa médica. (Ej: "me duele la tripa" cada mañana antes de ir al cole).
- Cambios de humor: irritabilidad, llanto fácil, o aislamiento.
- Rechazo al colegio: quejas constantes, excusas para no ir, ansiedad anticipatoria.
Estas señales, si se mantienen más allá de las primeras semanas, pueden indicar que necesitan apoyo emocional para adaptarse al colegio. A veces solo hace falta tiempo y presencia, y otras veces, un espacio terapéutico que les ayude a comprender lo que sienten.
En nuestro centro, abordamos estos casos desde una mirada respetuosa con los tiempos de la infancia. Puedes conocer cómo lo hacemos en nuestra terapia infantil en Centro Emocionarse, tanto presencial como online. Y en el blog compartimos recursos para acompañar mejor a tu hijo en etapas difíciles.
Dificultades más frecuentes durante la adaptación escolar
Durante la vuelta al cole, los síntomas pueden variar según la edad y el contexto familiar. En casa, por ejemplo, uno está encantado con reencontrarse con sus amigos, mientras la otra analiza todo con lupa: el profesor nuevo, los deberes, los cambios de grupo...
Algunas de las dificultades más habituales que observo (en consulta y en casa) son:
- Ansiedad por separación, especialmente en niños pequeños.
- Problemas de socialización: miedo al rechazo, dificultad para integrarse o conflicto con compañeros.
- Desmotivación escolar, sobre todo tras una desconexión prolongada como la del verano. (Ej: "Esto es un rollo", "no quiero ir al cole nunca más").
- Dificultades de concentración o bajo rendimiento, que en muchos casos son síntomas de malestar emocional, no falta de capacidad.
Como madre, sé lo difícil que es distinguir entre una queja pasajera y una señal de alarma. Si algo te preocupa de verdad, escúchalo. Tu intuición también cuenta.
Estrategias prácticas desde una mirada psicológica
En casa intentamos aplicar estas claves, aunque no siempre salgan perfectas (ni falta que hace). El regreso al cole no tiene por qué ser un drama si se planifica desde el cariño, la empatía y el sentido común. Te dejo algunas estrategias prácticas y psicológicamente fundamentadas que pueden ayudar:
- Recupera rutinas poco a poco: adapta horarios de sueño y comidas unos días antes del inicio.
- Anticipa de forma positiva: habla con entusiasmo del reencuentro con amigos, los profesores, los nuevos retos.
- Evita interrogatorios: en lugar de "¿qué tal el cole?", prueba con "¿qué fue lo más divertido de hoy?".
- Valida emociones: permite que expresen lo que sienten sin minimizarlo. "Sé que te cuesta, volver a empezar no siempre es fácil".
- Ofrece autonomía: deja que elijan su mochila, el material o la ropa, dentro de ciertos límites.
- Normaliza los altibajos: si un día van ilusionados y al siguiente no quieren salir de casa, no significa que algo esté fallando. (Ni que estés educando mal... por si te lo estabas preguntando).
Todo esto se potencia cuando los cuidadores también están regulados emocionalmente. La infancia necesita adultos emocionalmente disponibles, más que soluciones inmediatas.
Adolescencia y vuelta al instituto: retos emocionales y claves para acompañarlos
Con los adolescentes, la película cambia. No hay mochilas de dibujos animados, pero sí inseguridades nuevas. Volver al instituto implica reencontrarse con dinámicas sociales complejas, afrontar posibles comparaciones, y gestionar una identidad en plena construcción. Como madre, me doy cuenta de que lo que necesitan no siempre es lo que creemos que debemos decirles.
- Se sienten inseguros con su imagen corporal y temen el juicio externo.
- Experimentan ansiedad social o presión por encajar en grupos.
- Muestran desmotivación o desgana, que no siempre es "vagancia", sino una señal de malestar emocional.
Como adultos, podemos ayudar si:
- Escuchamos sin juicio.
- Evitamos presionar para que hablen, pero estamos disponibles.
- Validamos su experiencia aunque no la compartamos ("entiendo que te sientas así").
- Respetamos su necesidad de espacio, pero sin desentendernos.
En algunos casos, la terapia con adolescentes puede ser un recurso valioso para prevenir problemas mayores o simplemente para ofrecer un espacio seguro donde expresarse.
En Centro Emocionarse contamos con especialistas en terapia adolescente que pueden ayudarte a entender y acompañar mejor esta etapa tan intensa. Si quieres conocer otras temáticas que abordamos en el centro, puedes explorar nuestros artículos sobre infancia y adolescencia.
¿Cuándo consultar con un psicólogo infantil o adolescente?
Si los síntomas persisten más de tres o cuatro semanas, si notas un cambio drástico en su comportamiento, o si el rechazo hacia el colegio es muy intenso, es momento de consultar. La intervención temprana evita que ese malestar se alargue o se haga más difícil de gestionar.
Tanto si vives en El Puerto de Santa María como si prefieres la terapia online, en Centro Emocionarse estamos para acompañarte a ti y a tu familia en este proceso con sensibilidad y profesionalidad.
¿Te gustaría valorar si tu hijo necesita apoyo psicológico? Puedes pedir una primera cita informativa. Hablamos contigo sin compromiso para que tomes la mejor decisión para tu hijo/a y tu familia.