Cuando el dolor se inflige a través de los hijos: la realidad de la violencia vicaria

Cuando el dolor se inflige a través de los hijos: la realidad de la violencia vicaria

¿Qué es la violencia vicaria y por qué es tan devastadora?

La violencia vicaria es una modalidad de violencia machista en la que el agresor no actúa directamente sobre la mujer, sino que utiliza a sus hijos e hijas como instrumento para dañarla emocionalmente...

No se trata solo de amenazas o manipulaciones; en los casos más extremos, se han producido situaciones tan desgarradoras como el asesinato de los hijos para castigar a la madre. Es importante entender que no es una exageración ni un caso aislado, sino una realidad que sufren muchas mujeres tras una ruptura con su agresor.

La violencia vicaria también incluye otras formas más sutiles pero igualmente dañinas: cortar el contacto entre la madre y sus hijos, inculcarles mentiras para alejarlos emocionalmente, o hacerlos partícipes de un conflicto que no les corresponde. El agresor, en estos casos, no ve a sus hijos como personas, sino como herramientas de castigo, lo que agrava la deshumanización implícita en este tipo de violencia.

Formas en las que se manifiesta la violencia vicaria

Esta violencia puede adoptar diversas caras, y muchas veces no es evidente hasta que el daño ya ha sido profundo. Algunas de sus formas más comunes incluyen:

  • Manipulación emocional: El agresor culpa a la madre de los problemas familiares delante de los hijos, o los presiona para que elijan entre ambos progenitores.
  • Obstrucción del vínculo materno-filial: Se impide el contacto con los hijos, se deslegitima la figura materna, o se intoxica la relación con mentiras constantes.
  • Amenazas o daños a los hijos: Desde intimidaciones verbales hasta maltrato psicológico o físico.
  • Casos extremos: Cuando el agresor llega a lesionar o incluso asesinar a los hijos como forma de castigo y control.

El impacto de estas conductas no solo recae sobre la mujer, sino también sobre los propios niños, que son utilizados como escudo y a la vez como objetivo. Detrás de estas acciones hay un intento claro de prolongar el control y el castigo tras la separación.

Además, hay formas institucionales de violencia vicaria: cuando se utilizan los procesos judiciales como herramientas para desgastar a la madre, interponiendo denuncias falsas o alargando procedimientos legales innecesarios. Esta instrumentalización del sistema añade otra capa de sufrimiento y perpetúa el poder del agresor.

Consecuencias emocionales: cuando el dolor no se ve, pero se siente

Tanto las madres como los hijos sufren consecuencias emocionales duraderas. No es extraño que se desarrollen cuadros de ansiedad, depresión o estrés postraumático.

En las madres, el sentimiento de impotencia y la culpa son frecuentes. Sentirse incapaz de proteger a sus hijos, ser señalada injustamente o quedar fuera de sus vidas por manipulaciones ajenas genera un profundo desgaste emocional.

En los hijos, el impacto también es devastador. Pueden presentar baja autoestima, confusión afectiva, dificultades escolares, miedo constante y problemas en sus vínculos sociales y familiares. La infancia es un periodo clave para el desarrollo emocional, y ser expuestos a conflictos de esta naturaleza deja huellas profundas.

A largo plazo, estos niños pueden reproducir patrones de violencia o desarrollar dificultades para confiar en figuras de autoridad. La violencia vivida durante la infancia moldea su percepción del mundo y de sí mismos, por lo que intervenir a tiempo es una forma de romper el ciclo generacional del maltrato.

Es fundamental acudir a profesionales de la psicología que puedan detectar, acompañar y abordar estas secuelas tanto en madres como en niños. En nuestro centro contamos con psicólogos especializados en trauma, familia y trabajo con menores.

Cómo actuar ante una situación de violencia vicaria

Sabemos que no es fácil, pero hay caminos para salir y protegerte. Si sospechas que tú o alguien cercano está siendo víctima de este tipo de violencia, estas acciones pueden ayudarte:

  • Busca ayuda psicológica profesional. Te dará apoyo emocional y herramientas para afrontar la situación.
  • Recopila pruebas. Mensajes, audios, capturas de pantalla o testimonios pueden ser clave para demostrar los hechos.
  • Denuncia. Acude a los servicios especializados de atención a víctimas de violencia de género.
  • Apóyate en tu red. Familiares, amistades, asociaciones y profesionales pueden ayudarte a sostenerte y actuar con más fuerza.

También es útil contar con información legal clara. En muchas ocasiones, la sensación de confusión e indefensión se multiplica por no saber qué pasos dar o qué recursos están disponibles. En estos casos, una intervención coordinada entre servicios jurídicos y psicológicos mejora la eficacia y reduce la revictimización.

En Centro Emocionarse acompañamos a mujeres que están atravesando situaciones similares. Trabajamos de forma confidencial, profesional y empática, tanto en terapia presencial en El Puerto de Santa María como en modalidad online para quienes no pueden desplazarse.

Visibilizar para proteger: la importancia de hablar de violencia vicaria

La violencia vicaria existe y debe ser nombrada. Callarla solo beneficia a quienes la ejercen. Hablar de ello, buscar apoyo psicológico y legal, y compartir nuestras historias nos ayuda a salir del aislamiento y proteger a quienes más queremos.

Visibilizar esta realidad no es solo una cuestión de justicia, sino de prevención. Cuantas más personas comprendan este tipo de violencia, más herramientas tendrá la sociedad para actuar a tiempo. Desde los colegios hasta los juzgados, todos los entornos pueden convertirse en espacios de detección y protección si se sensibilizan adecuadamente.

No estás sola. En Centro Emocionarse estamos contigo.

Volver al Blog